viernes, 18 de enero de 2013

All I wanna do is make you happy.

Me levanto cada día esperando que todo vaya bien. Con intención de hacer felices a mis amigos, y intentar que me hagan feliz a mí. Quiero controlarlo todo, mover los hilos de mi vida y de la gente que me importa. No en el sentido de manipular, en el sentido de ayudar a que la vida siga su curso de la mejor forma posible. Me esfuerzo por nunca retirar una sonrisa de mi cara, porque como una vez me dijo una persona que me ha marcado mucho "no pierdas nunca esa sonrisa que te hace tan especial".

Y la verdad, no consigo ni hacer feliz a los demás, ni hacerme feliz a mí. Toda mi felicidad se la debo a la gente que me acompaña día a día, que no me la merezco. Estoy harta de mirarme en el espejo y ver que no hay nada especial. Ni soy guapa, ni saco buenas notas ni tampoco soy muy buena persona, por mucho que lo intente. No sé lo que ve la gente en mí. Lo único de lo que estoy orgullosa es de mi sentido del humor, de saber reír aunque la situación exija lo contrario.

Pero siendo sinceros, ¿sirve eso para algo? ¿Sirve para algo ser guapa? ¿Sirve para algo sacar buenas notas para que luego no tengas trabajo y tus padres incluso así, te pidan más? ¿Sirve para algo ser buena persona si a la mínima que te descuidas te han clavado un cuchillo por la espalda? Algunos dirán que sí, otros que no. Yo simplemente digo que lo más importante no es destacar, es conseguir que los que te rodean te destaquen. Y afortunadamente, hay gente lo bastante irracional como para destacarme.